jueves, 11 de diciembre de 2008

Las Fotos Del Dia.....


Miguel Ángel Gayo Macías Nueva Delhi
Actualizado sábado 21/02/2009 10:29 horas

¿Es un mapa, un videojuego? Es la guerra en Sri Lanka
La guerra civil de Sri Lanka, un conflicto que dura casi treinta años y acumula 70.000 muertos, parece estar entrando en el último tramo de su fase militar. Los 'Tigres' rebeldes tamiles están acorralados por el Ejército gubernamental en una franja de tierra con una superficie cincuenta veces menor que el área que controlaban hace sólo dos años. Y es ahora cuando armas menos convencionales pero tremendamente importantes, como Internet, y por tanto el control de la información, cobran protagonismo. El Ministerio de Defensa de Sri Lanka tiene una página web (POR FAVOR PINXAD)donde se puede seguir el curso de la guerra día a día en forma de 'wargame'. Sólo así se puede calificar al vistoso mapa lleno de siluetas de barcos, aviones, banderas y soldados que recuerdan más a un juego de tablero que a la guerra real. Se incluyen, por supuesto, fotos de batallas, los enclaves conquistados, campos de entrenamiento descubiertos... Incluso hay una animación en flash llamada 'La cuenta atrás de la ofensiva', donde se puede ver cómo se ha llegado a la situación actual, paso a paso. Todo ello en tres idiomas.
Este despliegue informativo contrasta con la prohibición de acceder a la zona cercana a los combates impuesta por el Ejército de Sri Lanka. Ningún periodista independiente está autorizado a contrastar sobre el terreno los movimientos de tropas, conquistas y batallas que aparecen reflejados en la web. Los rebeldes en la red Mientras tanto, la otra facción en litigio, los 'Tigres' tamiles, se valen de una página de diseño mucho más modesto y ciertamente menos vistoso. En ella informan de los 2.341 civiles muertos, 340.000 desplazados y más de mil desaparecidos que según ellos ha causado la guerra hasta ahora. Web de los tamiles En un texto fechado el día 19 de febrero se menciona la muerte de 34 civiles por los bombardeos Ejército cingalés, junto a varias fotografías bastante duras. Unos cuantos 'power point' completan el contenido de la web del LTTE (siglas en inglés de la guerrilla tamil). En este caso, la potencia de fuego propagandístico es proporcional al poder militar de ambos bandos. Pero ni unos ni otros hablan de los civiles. Según observadores de Cruz Roja, alrededor de 300.000 personas intentan escapar del atolladero en que se han visto atrapados tras el avance de las fuerzas gubernamentales. El jefe del Ejército, el comandante Gotabaya Rajapaksa, dice que esa cifra es "exagerada", sin ofrecer datos que respalden su juicio. Los insurgentes continúan usando a la población civil como escudo y reclutando por la fuerza a jóvenes y hasta niños para nutrir sus filas. ¿El comienzo de la ciber-guerra?
Si en la primera Guerra del Golfo asistimos al nacimiento de la guerra televisada, ¿podría ser esto un adelanto de la ciber-guerra propagandística en Internet? Las similitudes son muchas: restricción del acceso a la información a la mayoría de los medios por un lado y, por el otro, vistosas presentaciones de datos servidos en bandeja… pero imposibles de contrastar.
Aunque finalmente se consuma, la victoria geográfica del Ejército cingalés no significa necesariamente el final del conflicto ni su solución política. Los Tigres tamiles son famosos por recurrir a todas las formas posibles de terrorismo y sabotaje para continuar con su lucha.
La guerra de información es un frente más en las guerras modernas. Y siendo Internet el gran medio de información mundial, no es raro que sea parte del campo de batalla.

Artículo de Pérez Reverte de hace 10 años...... AMÉN


Los Amos del Mundo / Arturo Pérez-Reverte

LOS AMOS DEL MUNDO
Arturo Pérez-Reverte(Artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998)Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.